Descripción o resumen: Desde media tardes, Salamanca ofrecía a comienzos de siglo a sus ciudadanos, la posibilidad de distraerse en un variado grupo de locales, cafés, bares y salones donde, además de participar de una conversación animada sobre política, educación o toros, (regada, como no, con un buen chato de vino o un café), se podía disfrutar de un variado repertorio musical, ofrecido por multitud de agrupaciones e intérpretes (locales o foráneos), que encontraban en este tipo de establecimientos, una forma de ganarse la vida o de complementar una profesión (normalmente la de profesor de música), que, en la mayor parte de los casos, no era suficiente, económicamente, para llevar una vida acomodada.